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martes, 4 de octubre de 2016

El exorcismo de Almansa


El exorcismo de Almansa es uno de los sucesos más macabros y negros de la historia reciente de España. Debido a este incidente, una niña inocente perdió la vida de una de las formas más crueles que existen.

Ocurrió en el pueblo de Almansa (provincia de Albacete), en el que al parecer había gran actividad de espiritistas y curanderos. La niña que murió respondía al nombre de Rosa Fernández Gonzálvez, única hija del matrimonio formado entre Jesús Fernández y Rosa Gonzálvez.

La madre se impregnó de las enseñanzas espiritistas de Enrique "El de Villena", un ex zapatero que se dedicaba a la curación. Tal fue el éxito y fama que la madre de la niña Rosa, que su marido dejó su trabajo como zapatero para ser su secretario personal.

El día 15 de septiembre de 1990, Rosa Gonzálvez fue a cenar con su hermana Mercedes y su amiga personal María Ángeles Rodríguez Espinilla (la cual sentía una profunda admiración por Rosa según declaró su marido Martín, llegando a olvidarse de él y sus dos hijos).

Al día siguiente, sobre las 3 y media de la tarde, Rosa llama por teléfono a María Ángeles, la cual acude a casa de la primera para intentar extraer de su cuerpo el espíritu se su marido Martín de su cuerpo, e intentó que Rosa también exorcizara a sus propios hijos. Por suerte Martín llegó sobre las 11 para llevarse a sus hijos.

El día 18 de septiembre, María Ángeles tuvo la menstruación. Rosa empezó a golpearle con patadas y puñetazos en el vientre, y para pararlo, María Ángeles dijo que Rosita, la hija de Rosa, estaba poseída por el diablo.

Entonces comenzó el infierno allí. Acompañadas Rosa y María Ángeles por Mercedes (hermana de María Ángeles), hicieron una auténtica barbarie con Rosita. Le empezaron a introducir dedos por el recto (o por la vagina, según algunas fuentes), para sacarle las vísceras. Llegaron a introducirle el puño entero, mientras la niña gritaba "Mamá acaba ya por favor" antes de desmayarse y acabar falleciendo.

Después de morir la niña, siguieron con su actividad, gritando cosas como "Otro demonio, hemos sacado otro. Esto no se acaba.". Todo este macabro ritual, en una habitación que presentaba, aparte de las vísceras de la niña, vómitos, orines, estampitas religiosas rotas en pedazos, o figuras religiosas también rotas, acabó sobre las 9 de la mañana, cuando Jesús, el padre de la niña, accedió a la habitación acompañado de Ana (tía de la niña, que había estado presente el día 15 y que huyó asustada) para detener el exorcismo. Se dice que Jesús quiso una vez antes parar el acto, pero que no lo hizo por miedo.

Tras esto, llegó la Policía Municipal, que detuvo a las tres mujeres. En el juicio que se celebró por el caso, se llegó a una sentencia en la que se declaró que Mercedes quedaba en libertad porque no se podía probar que hubiese participado directamente de la muerte de la niña (estaba presente pero no tomó parte del acto), y tanto Rosa como María Ángeles fueron declaradas no responsables legalmente de los hechos por sufrir un trastorno mental. Por ello, evitaron la cárcel, aunque fueron internadas en un centro psiquiátrico (del cual salieron y se encuentran hoy en libertad).

La pobre Rosita fue enterrada en el cementerio de su pueblo.

Fuentes: manuelcarballal.blogspot.com, escritoconsangre1.blogspot.com, abc.es

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